Ilustração Livro Afrodite. Ed Bertand Brasil-Isabel Allende |
“Los cincuenta años son como la ultima hora de la tarde, cuando el sol ya se pone y tendemos naturalmente a la reflexión, en mi caso sin embargo el crepúsculo me induce a pecar y, talvez por eso, en mi cincuentenario reflexiono sobre mi relación con la comida y el erotismo, las flaquezas de la carne que más me tientan, no en tanto no hayan sido las que más practique” . Pronto!!! pensé. Grande Isabel Allende, mi caso si es de hambre, hambre de cuidar de mi, hambre de amor propio, hambre de tierra, hambre de lo tuyo y de los tuyos, hambre expresado por el antojo de aquel plato delicioso que nuestra madre hacia. Referencias de infancia, de identidad, de cultura, de apego, referencia de quien somos y constancia de donde estamos.
Debe ser por el tamaño de mi nariz (herencia materna) que mis nostalgias también están asociadas a una memoria gastronómica. Cuando vivía en Bogotá y quede embarazada me moría por comerme un “tamal valluno” un plato típico de mi tierra, ya en Alemania buscaba todas las tiendas tailandesas para comprar yuca y plátanos verdes, mi vida en Europa sin “patacón pisao” podría ser un infierno. En Honduras aprendí a comer tortillas, burritos, baleadas , si baleadas y sopa de caracol pero también extrañaba el tal sauer braten (asado amargo) que la abuela de mis hijos preparaba en Alemania y así fui recorriendo el mundo sintiendo nuevos olores y probando otros sabores, sin dejar de extrañar los míos, aquellos que construyeron mi identidad como colombiana y como ciudadana del mundo.
He tenido la suerte de compartir mi vida con hombres que disfrutan la cocina, saben cocinar y saben vivir, de ellos aprendí y sigo aprendiendo que el "hambre de amor" no sólo se cura con un delicioso plato de comida, junto a estos rituales esta la complicidad a dos, el despertar de lo sentidos por los olores y los sabores y por una buena conversa, el disfrute de estar estando. Tambien aprendí y sigo aprendiendo que la presencia de un momento en la cocina, en la mesa, en la sala o en la cama no se mide por las ausencias impuestas por el cotidiano y la rutina, asumir esta presencia ya es el primer paso para que el amor y el erotismo no mueran.
Aquí en Rio calmo mis antojos con Leonor mi amiga y madre nutridora, simbólicamente hablando, cuando el "hambre de amor" me ataca, allí estoy yo… "Leonor cuatro tamales, un paquete de arepas, dos de empanadas" y ella tan especial hace merito a esa madre porque cocina como la mía. Cuando la nostalgia es más internacional pienso en las delicias mejicanas y allí esta Alejandra con sus deliciosas tortillas, sus platos picantes y su sonrisa abierta.
Recibí hace poco esta invitación y se las hago extensiva:
‘MUESTRA DE SABORES LATINOS” organizada por la ONG Descubriendo América Latina, para mayores informaciones vean el site:
www.descobrindoamericalatina.orgwww.descobrindoamericalatina.org
Será la vez de la deliciosa gastronomía peruana.
Y termine hablando de amor, Abrazos. Luz Marina
Aquí les va el site de Leonor y Alejandra
http://saborcolombianoleonorherrera.blgspot.com/
http://lasenchiladas.wordpress.com/
Me encanto leer tu entrada realmente me hace pensar lo inverso como es no sentirse extranjero, extrañamente hace falta sentirse diferente!!! jejeje que dicha que cuenten con Leonor en Rio realmente que viva nuestro sentir latino eso que dices '' disfrutar estar estando" super realemnte sacarle el jugo a todo.
ResponderExcluirun gran abrazo
lyz
Luz, qué disfrute ha sido leer este post tuyo! me encantaron tus asociaciones olor/amor. además es muy gracioso! es precioso! un lindo regalo para este día! um beijo de copa, Carolina.
ResponderExcluirLindisimo... sin palabras!
ResponderExcluirbella, toda vos amiga y tu prosa profunda!!! abrazos desde buenos aires, pao-camalote, mamá de león...hoy a 26 minutos de haber comenzado mis 33 me encuentro leyendo tu blog amiga!!! besos, cariño, ternura!!!!
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